Siempre nos miramos al espejo. También depende de dónde vivas. Por ejemplo, en mi piso hay espejos en los dos baños, en mi cuarto, en el salón hay muebles con fondo de espejo, en el recibidor...Luego vas a la calle, el ascensor tiene espejo, el pasillo del piso hacia la salida tiene espejos...Es inevitable mirarme.
Aunque nunca me miro mucho, me parece prepotente. Siempre es para comprobar que no me he despeinado, o que no tengo alguna mancha indeseable del maquillaje. Por el resto, casi ni me miro.
Conozco a gente que vive pegada a un espejo, que lo lleva en el bolso, que hablas con ellas y mientras haya un espejo en un área de 100 metros, no te hace ni caso. Para mí la gente así son narcisistas completamente.
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