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Las pastillas para abortar son una alternativa para las mujeres que solicitan una interrupción legal del embarazo en las primeras semanas de gestación y no quieren recurrir a una cirugía.

Estas deben administrarse bajo estricto control médico, ya que la automedicación podría dañar de forma grave tu salud. La ingesta de la pastilla abortiva implica reacciones diferentes en cada mujer, por lo que es importante tomar la píldora abortiva siguiendo las indicaciones del médico.

La interrupción del embarazo con pastillas se realiza con dos medicamentos diferentes, Mifepristona y Misoprostol (Cytotec, Cyrux…)

La mifepristona es un medicamento compuesto por antiprogestágenas y antiglucocorticoides, compuestos que dilatan y reblandecen el cuello del útero para provocar un aborto.

El misoprostol se utiliza para inducir el parto y junto con la mifepristona, para interrumpir el embarazo.

El primero se administra en la clínica por el médico que se responsabiliza del proceso, y el segundo, se administra en casa de la paciente: la propia mujer lo utiliza siguiendo las instrucciones recibidas por un médico de manera previa.

La eficacia de este tipo de aborto es muy alta, en torno al 98%, además es segura y la ausencia de efectos secundarios graves es muy alta también.